Del espacio entre imágenes mentales
Relaciono el momento en que la mente está pensando de manera puntual y específica, con un encuadre mental, por cierto con áreas periféricas y de difícil acceso. Probablemente tras ese encuadre exista una ACCIÓN, que llevó al pensador a tomar la instintiva desición de observar.
¿Por qué no hay reactividad ante la quietud?
¿Esta acción incluye siempre movimiento?
Entre un pensamiento y otro hay un espacio, ese espacio de silencio, de inacción es similar a olvidarse de que estás haciendo algo, siendo alguien, existiendo en un lugar y solo te dedicas a sentir.
Bueno, la fotografía parece ser un sistema de inscripción visual mimético, cuando miras por el visor o por la pantalla miras a tu alrededor y buscas algo que te llame la atención, haces un encuadre y fotografías. Puedes tener un registro técnico de lujo en la ejecución de la imágen, pero quien busca contenido también se plantea la necesidad de recibir distintas interpretaciones de su obra, por eso es importante buscar ese momento de silencio entre encuadre y encuadre, cuando la flor deja de estar consciente de tu presencia, cuando el ser vivo siente que puede mostrarse sin temor al daño, a la caída, a la crudeza de la realidad, desaparecen las jerarquías implícitas y aparece la colaboración, que no es otra cosa que no interferir con la energía de la otra existencia.
Desde este punto de vista el fotógrafo/a debe estar preparado para moverse con mucha agilidad, ligereza, sencillez de espíritu.
Marcelo Aravena
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